jueves, 2 de diciembre de 2010
47
jueves, 23 de septiembre de 2010
viernes, 10 de septiembre de 2010
44
jueves, 12 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
42
miércoles, 4 de agosto de 2010
41
martes, 3 de agosto de 2010
sábado, 31 de julio de 2010
jueves, 29 de julio de 2010
38
atrae balas
baldea con sangre
tierra y levanta polvo.
arde el cuero
estalla guerra
quiere levantar cabeza
alza un talisman
caen las uñas
ladra de verdad.
y ya está
naufraga
más allá.
martes, 27 de julio de 2010
domingo, 25 de julio de 2010
36
35
lunes, 19 de julio de 2010
34
lunes, 12 de julio de 2010
33
miércoles, 30 de junio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
31
-¿Una cicatriz que te hiciste vos?
-Sí.
-Te falta el circulo y la X para tener los botones de la play.
martes, 15 de junio de 2010
30
Era una fija tomar el 60, bajarse en Cabildo y Juramento y caminar dos cuadras por Juramento hasta Amenabar, quizás visitar a su madre y abuelas que vivian a un par de cuadras más. O revisar las bateas, charlas con el vendedor e irse con bolsas cargadas de revistas, historias en cuadritos.
Volviamos a salir a Cabildo y poco antes de llegar a Monroe estaba el local que manejaba una familia de judíos que durante los 90s prosperó y llegó a tener el local atiborrado de los más nuevos juegos del momento. Un Virtual Striker, un Marvel Vs Capcom 2, el último King of Fighters. Viciabamos y gastábamos todo el dinero que pudieramos llevar excepto el peso con veinticinco centavos necesarios para volver a casa.
La preocupación del día era llegar al jefe final y ganarle. O que el chico que te pedía jugar contra vos no se supiera todos los combos, te destrozara y cortara el juego por la mitad. A la vista de muchos, bordeaba la humillación. La venganza tenía forma de cospel a precio de veinticinco centavos.
A veces me cansa pensar. Todo el tiempo. A veces pensando me paso de parada de colectivo y termino caminando de regreso un buen tranco. Jamás me molestó la lluvia pero sí me he cansado de mi diálogo interno.
No sabía que Naruto era un ninja adolescente.
lunes, 14 de junio de 2010
29
- ¿Y eso?
- Es un taller en el que vos pedis lo que quieras y el poder de la mente de cada integrante hace que se te cumpla.
- Tengo miedo de que vayas con un grupo de gente a la casa de un cineasta famoso y mates a su mujer embarazada y un par de invitados ocasionales.
sábado, 12 de junio de 2010
22
martes, 8 de junio de 2010
22
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viernes, 4 de junio de 2010
jueves, 20 de mayo de 2010
viernes, 14 de mayo de 2010
20
jueves, 6 de mayo de 2010
martes, 4 de mayo de 2010
18
18
jueves, 29 de abril de 2010
17
- Creo que tiene un sistema de scoring... ¡Pero es inversamente proporcional a la calidad humana! Igual, fijate que Gandhi andaba en bolas y nunca se resfrió. Quizás con un pulover hubiese sido otra cosa. No te digo que rebotaban las balas pero... Más rápido que una locomotora por lo menos.
14
martes, 27 de abril de 2010
14
miércoles, 21 de abril de 2010
13
Bien, eran las tres de la mañana, y no había mucho por hacer. El cuadro se conformaba de tres personas: Hernán, un chico alto, charlatán y fumador. Fumaba mucho y sabía sacarle formas al humo de sus Marlboro. Los anillos eran su especialidad. Hablaba y hablaba. Le gustaba hablar, de él generalmente, de sus conquistas amorosas. Tenia bien ganado el respeto del grupo de amigos que esa noche no estaba. Yo lo respetaba porque sabía hacer aros de humo.
Diego, el alegre Diego. Siempre ahí para levantarte el ánimo, a veces ermitaño, perdido. Bohemio, amante del jazz. Comprador compulsivo de discos de Miles Davis y Ellington. Vivía en la atemporalidad, fuera de toda línea cronológica común al resto. Su casa era linda y elegante; lo representaba bien. Ah, siempre olía bien. Nunca le pregunté que perfume usaba, no sé a que olía.
Y por último, yo.
El lugar era un barcito, en una calle perdida de Devoto. Ninguno de los tres había estado antes allí, en ese bar, pero tenía todo lo que queríamos: cerveza fría y pool. Suficiente excusa como para ocupar sillas, reír y compartir cosas. Nada del otro mundo, como dije, una noche cualquiera de diversión plana.
Nunca tuve bien en claro cómo ser ante la gente. Eso debe de ser porque nunca supe bien quien era. Yo sabía quienes eran ellos. Los quería, eran amigos, y aunque nunca se los supe decir, sabía que ellos lo notaban. Y ahí estábamos: los anillos de humo, Miles Davis, las risas y la maldita bola ocho que se empeñaba en caer antes de tiempo.
Ronda de cervezas. Una, dos, tres, cuatro, otra?, cinco, seis, cuanta plata tenemos?, siente, ocho, risas, basta.
A los tumbos, y con el alcohol a cuestas nos levantamos. “Chau”.
La calle estaba más oscura que la última vez que la había visto...
“Y ahora?”
“Qué? A caminar.”
lunes, 19 de abril de 2010
12
-Un par de semanas. Habia vuelto con el novio, pero empezó a pegarle y se lo espanté para que no vuelva más. Tuve que sacar el fierro.
-¿Clint Eastwood o Charles Bronson?
-No... No... Cero violencia (se rie).
-Y ahora jugás al golf todos los días...
-Pero ya estoy viejo... Ahora me duele la cintura y no doy más. Le dije que me lavara unos platos pero me dice "no, Nacho, yo soy prostituta".
jueves, 15 de abril de 2010
11
Sin poner a prueba a la otra persona, sin segunda intención, sin pensar si era demasiado pronto, sin miedo.
Pensaba que es algo muy natural entender la inocencia como un defecto. Equipararla semanticamente con la estupidez. Lo único que les da la razón a las personas que piensan así es una especie de pacto implícito de toda la sociedad en donde otra persona te lastima y sos un idiota por permitírselo.
Terminás creyendo que sos un idiota y el dolor se transforma en rencor. Y a veces no es tan fácil hacer el ojo por ojo a la persona que te lo causó, así que te vas a desquitar con la próxima. Ella lo hará con el siguiente.
A todo este proceso insistimos, a veces, en llamarle histeria. Digamoslo claro: nos comportamos como bastardos.
Y sin querer queriendo entramos en este juego. Todos sabemos que no está bueno, que es una cagada, que de repente es complicado querer a una persona y se dificulta mucho a la hora de expresarlo! De repente dudamos y sentir se transforma en un fastidio y nadie se quiere comprometer. Algunos ahogan las penas en alcohol, otros en otro tipo de fraude menos exagerado, más obvio.
Vamos a hacer cualquier cosa para que la otra persona se dé cuenta, excepto decir "te quiero". Que terrible error! (sarcasmo).
Que terrible error.
martes, 13 de abril de 2010
10
sábado, 13 de marzo de 2010
8
Sucede con frecuencia.
A veces sonreímos y a veces no.
Pero es lo último que nos queda cuando ya perdimos hasta la resistencia. Crédito ilimitado de momentos que pudieron haber sido, de alzar la vista y preguntarte a vos mism@, ¿Qué hago acá? Y tenemos la respuesta. Es un pulso que tratamos de mantener para seguir de pie, más vivos, menos muertos, al menos dignos.
Estoy seguro, ahora, de que lo peor del viaje es, siempre, irse.
Aunque no haya quien nos despida.
No queremos perdernos nada, ni el cielo, el sol, ni siquiera el quizás.
Estamos acá porque quisimos y nos vamos porque hay que seguir adelante, aunque eso implique volver sobre nuestros pasos para dejar todo atrás y seguir añorando.
Tenés que tirarte a la pileta y golpearte para sentirte real.
¿Cómo es eso de sentirse frágil e invencible? A veces no sabés qué ganaste, pero no sentís haber perdido nada y entonces queda suponer que empatarle a la vida (alguna vez) es un buen resultado.
Pero tenés que salir a ganar.
7
Le rondaba en la cabeza la pregunta: "¿qué carajo estoy haciendo acá?". Recordó ese dicho que dice que una vez en el baile hay que bailar y supuso que una vez bajo la lluvia hay que nadar. Se rió solo cuando pensó que no tenía traje de baño.
Una mujer pasó a su lado y, divertida, le sonrió. Los dos nadaban sin traje de baño.
Puto cambio climático.
Si Buenos Aires se parecía cada vez más a Londres, ¿dónde escaparía?. Se había dado cuenta que estaba a gusto en la ciudad, los salvajes locales ya no respondían dubitativamente cuando pedía precio por algo en las grandes avenidas, entendía el idioma y conocía los dóndes, qués y quiénes que le importaban. La misma sensación que sintió en muchos otros lugares y que le urgía seguir caminando y escaparle a la comodidad, al tedio cotidiano.
A él le resultaba aburrido todo. Todo menos el viaje. Entonces viajó y empezó a hacerlo de muy joven, ni bien pudo sacarse de encima las alas protectoras de su familia bien.
Recaló en Buenos Aires después de muchos años y se quedó por la misma razón que se quedaba en los lugares: una mujer.
¿Qué carajos estaba haciendo ahí? El sabía muy bien la respuesta, pero seguía preguntandose eso. Era difícil no hacerlo cuando la humedad de su ropa interior se escurria entre los pasos de sus piernas y sus pies helaban más que su cara. En la calle no había nadie más compartiendo su miseria. Se sintió muy solo.
Era hora de seguir viaje pero había hecho promesas y debía cumplir al menos una más.
Luego hablaría con ella.
6
Una mueca en los labios.
Venganza.
Subió al caballo y no miró atrás.
viernes, 12 de marzo de 2010
5
Quizás sea afortunado y no lo lea.
Aunque muera por verte.
Callado.
jueves, 11 de marzo de 2010
3
No sé si voy a ser constante, pero no lo voy a cerrar aunque pase mucho tiempo sin postear. Quiero que sea acá donde escriba cuando tenga ganas. O rescate cosas que escribí en otro lado hace tiempo.
Sin dar tumbos.
Una taza de chocolate por vez.
miércoles, 10 de marzo de 2010
2
Facturas calientes recién hechas.
Es un rico aroma y supongo,
de acá a unos años me recordará estas noches.
Largas indeseadas noches.
Con olor a facturas.
martes, 9 de marzo de 2010
1
No le escapamos a nuestro Ra...gnarok personal, un poco de inconsciencia, un poco disfrutar.