Camina la calle de los domingos, que siempre es la misma. La misma no gente, los mismos no autos, la misma nada que encontrás cada séptimo día. Será así para que, obligados, pidamos que todo vuelva a empezar. Entonces, ¿Qué nos alegra de los viernes? Somos cínicamente cíclicos. Incansables.
No le escapamos a nuestro Ra...gnarok personal, un poco de inconsciencia, un poco disfrutar.
martes, 9 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario